Sala de profundis

Una de las dependencias más interesantes, dentro del estudio arquitectónico del complejo monástico, es la sala de profundis.  Junto con otros espacios, el capítulo, forma parte de aquellas estructuras arquitectónicas reutilizadas de la residencia de los Fernández Coronel, incluso podemos decir que anterior a ella.  Presenta una planta cuadrada sobre la que se inscribe una gran bóveda de superficie lisa de dieciséis paños , que apean sobre trompas angulares formadas por bovedillas.  Esta composición, de planta cuadrada cubierta por una importante bóveda, proporcionando una estancia de volumen cúbico, sigue el modelo impuesto por las qubbas islámicas.

 

Sala de Profundis (Fotografía de la autora)

A ella, accedemos mediante una rica portada de yeserías compuesta por un arco angrelado ornamentado por un entramado de ataurique, de gruesos tallos vegetales enroscados entre sí, en cuyas enjutas se insertan los escudos nobiliarios de la fundadora, que acompañan a una venera que descansa sobre la clave del arco. Su friso, está decorado con uno de los motivos ornamentales más característicos del mundo islámico, el lazo de ocho occidental, elemento que engalana parte de unos de los alicatados del patio de las Doncellas del Alcázar sevillano, que responde a la labor toledana presente en esta residencia real.

Las puertas de madera, que permiten el  ingreso a profundis, son otras de las joyas patrimoniales conservadas en Santa Inés. Presentan una rica decoración pictórica al óleo en sus dos batientes, con temas heráldicos, vegetales y figurativos. Al exterior, está ornamentada con la imagen de los Padres fundadores de la Orden franciscana, San Francisco y Santa Clara.. Su representación responde a la estética del primer Renacimiento italiano, mostrando un detallado estudio del paisaje de fondo, cuya frondosidad envuelve a ambas figuras. Su posible ejecución la podemos fechar en el primer tercio del siglo XVI

Portada de ingreso a profundis (Fotografía de la autora)

San Francisco y Santa Clara. Puerta de la sala de profundis (Fotografía de la autora)

Los muros de esta dependencia, están decorados con los mismos zócalos del Herbolario. Sus frentes, Norte y Sur, están interrumpidos por un banco corrido, lugar en el que se sentaba la comunidad en el capítulo. En el flanco Este, abre un arco de dovelas angreladas, fechable en el siglo XVI, cuya composición y decoración sigue el modelo empleado en los arcos de las galerías bajas, Sur y Oeste, del Herbolario.

Presidiendo la estancia, se conserva el conjunto del Calvario, formado por un crucificado de madera, atribuido a Francisco de Ocampo. Se trata un crucificado, que podemos fechar a mediados del siglo XVI, de tres clavos, sobre cruz arbolea, sudario anudado al lado derecho, mismo sentido en el que cae inclinada su testa, al que acompañan la Virgen y San Juan, pintados al fresco, obra atribuible al pintor sevillano Domingo Martínez.

 

Calvario de  profundis (Fotografía de la autora)

Bajo el Calvario, se ubica un altar alicatado donde se disponen dos fanales, del siglo XVIII, dedicados a la vida de Santa Clara. En 1867, siendo abadesa Sor Vicenta Barrero, Sor Manuela Dolores Ceballos, costeó la capilla y el retablo neoclásico de la Virgen de los Dolores. Su estética y composición, son fieles a la tipología neoclásica de los retablos colaterales, formado por un cuerpo central al que abre una hornacina que recoge a la imagen titular. 

Retablo de la Virgen de los Dolores (Fotografía de la autora)

Frente a éste, se encuentra el retablo hornacina que custodia la efigie del Ecce Homo,  fechable en el siglo XVII, basándonos en su estética y en la inscripción que queda recogida en la pared del lado izquierdo. 

SVDO EL SR  ECCE HOMO DEL CAPITVLO EL Â. D 1685 DIA 9 DEB MAIO SEGVNDO DIA DE PASCVA DE PENTECOSTES COMO A [….] DE DIA BIENDOLO TODA LA COMVNIDAD EL PADRE CONFESOR CON SVS COMPAÑEROS ENTRARON EN LA CLAUSURA PARA EJUGAR EL SVDOR A SU MAJESTDAD”

La imagen está ejecutada hasta la altura del pecho. Va ataviado por una clámide burdeos que rodea todo su cuerpo, dejando a la vista parte de su pecho. Su testa muestra un detallado estudio de los cabellos, con una talla sinuosa. Sobre su frente descansa una corona de espinas, que acompaña a las potencias que luce en su cabeza. Su rosto es dulce, pero su policromía deja huella de su martirio en el pómulo izquierdo y en las heridas que le provocan la corona de espinas.

Ecce homo (Fotografía de la autora)

La antigua sacristía

Ubicada en el frente Este de la sala de profundis, accedemos a ella mediante un arco de medio punto, del siglo XVI, ornamentado por una cenefa de carnosas rosetas entrelazadas por una cadeneta de gruesas hojas. Esta dependencia, pudo cumplir las funciones de sacristía del antiguo oratorio de los Fernández Coronel e incluso durante la construcción del templo conventual. Actualmente, se encuentra cubierta por un humilde artesonado de madera que deja oculta la cubierta original, una cúpula octogonal. El carácter religioso de este espacio, queda reflejado con la presencia de  pinturas murales fechables a finales del siglo XVI y principios del XVII.

Portada de ingreso a la antigua sacristía (Fotografía de la autora)

Restos de pinturas murales (Fotografía de la autora)

INFORMACIÓN EXTRAÍDA DE:

Medina Muñoz, Estefanía (2019) El convento de Santa Inés de Sevilla: Estudio urbanístico, arquitectónico e histórico artístico. Sevilla. Ediciones Padilla. 

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