Fundación

El origen de la comunidad de discretas franciscas de Santa Inés, nace del mecenazgo de la ilustre Doña María Coronel. La llamada reforma franciscana, promovida a lo largo de los siglos XIV y XV, buscaba el renacer de los ideales de los primeros frailes franciscanos, que tomarían la pobreza absoluta como pilar fundamental de su vida monástica.

Fue en 1374, aprovechando la estancia de los visitadores de la II Orden de San Francisco en Sevilla,  cuando Doña María Coronel presentaría su proyecto fundacional. El nacimiento de este nuevo cenobio femenino, iba respaldado por unas particularidades que favorecerían su aceptación por parte de los visitadores. Entre ellas, la noble y religiosa personalidad de dicha señora, su vinculación con la vida conventual, al haber vestido el hábito en de Santa Clara de Sevilla, y lo más importante, el impulso del legado franciscano que se intentaba restaurar con la llegada de los visitadores a la ciudad hispalense.

El 5 de febrero de 1374 , Fray Arnaldo y Fray Bernardo darían el visto bueno al propósito de dicha señora. Ante la puesta en marcha de esta iniciativa fundacional, Doña María Coronel acudiría a don Fernando de Albornoz, Arzobispo de Sevilla entre los años de 1371 y 1377, con la intención que ofrecerle detalladamente los bienes materiales con los que quería sembrar los cimientos  de su convento. Estos, procedían de la herencia de su difunto marido y de su legado familiar.

El 2 de diciembre, de ese mismo año, tras la aprobación del Cabildo y del Arzobispo sevillano, se concedería la licencia que permitiría la construcción de su clausura. El siguiente paso, sería la autorización del Papa, al que se dirigiría dicha señora en 1375. En esta ocasión, contó con la ayuda de Enrique II, que devolvería a la susodicha, y a su hermana, los bienes familiares incautados por Pedro I. 

Tras la llegada de la bula papal, aún quedaba pendiente otro asunto, el consentimiento de las hermanas Santa Clara de Sevilla.   La comunidad de Santa Inés, por aquel entonces, ya estaría formada con monjas procedentes de dichas congregaciones de franciscanas.  Días más tarde, el 10 de septiembre, de 1376,  doña María López de Bermeo, primera abadesa del monasterio, recibiría la dotación de los bienes que doña María Coronel entregaría a sus religiosas.

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