El día a día de las religiosas franciscanas que conviven en la antigua fundación de Doña María Coronel, tiene como guía la liturgia de las horas. Se trata, de un conjunto de oraciones que rigen el horario del Oficio divino. Esta jornada, nació como resultado de la revisión del rezo, en comunidades religiosas y la propia Iglesia, llevado a cabo el Concilio Ecuménico Vaticano II en 1963. La liturgia horarum, daría lugar a las horas canónicas. Éstas eran la división de las horas utilizadas por el mundo cristiano para seguir el rezo religioso de los monasterios.
La Regla de San Benito mostraba a sus fieles la palabra de Dios como única regla de vida sin suplantar el Evangelio. Está compuesta de un prólogo y setenta y tres capítulos de muy variada extensión. Su redacción, es el fruto de una experiencia, un manual de vida monástica adaptado a los nuevos tiempos, que no ha sido transformado con el paso de los años. Trece de sus capítulos, están dedicados al Opus Dei, nombre con el que asigna a la rutina diaria de las comunidades. Para ello, distribuiría el día en siete partes, en alusión al libro de los Salmos de la Biblia siete veces al día te alabaré, Señor.
- Maitines: Su celebración tiene lugar entre la medianoche y el amanecer.
- Laudes:Tienen como finalidad santificar la mañana, celebrándose a las primeras horas de ésta.
- Prima: Actualmente, esta hora ha sido suprimida y sustituida por Laudes. Antiguamente, el rezo de Laudes tenía lugar a las 3:00 a.m. Con su sustitución pasaría Laudes a la hora de prima, las 6:00 a. m.
- Tercia: Es el rezo que se practica tras salir el sol.
- Sexta:Tiene lugar a las 12:00 horas del mediodía. Es la oración central de las horas menores. Siempre se realiza después del Ángelus en tiempo ordinario, y del Regina Coeli en Pascua.
- Nona: Es la hora de la Misericordia en recuerdo al fallecimiento del Señor, las 15:00 de la tarde.
- Vísperas: Al igual que Sexta, va después del Ángelus en tiempo ordinario y del Regina Coelien Pascua. Su oración coincide con la puesta del sol, 18:00 horas.
- Completas: Es la última oración del día, a las 21:00 horas.
Las horas más importantes, incluso dentro de la vida nuestra rutina, son tercia, sexta y nona, al ser las centrales del día. La función de la liturgia de las horas, no es sólo administrar el tiempo de los rezos dentro de la jornada religiosa, sino también, ordenar la liturgia según el calendario litúrgico. Dicha organización temporal, queda divida en cuatro volúmenes, generalmente en latín, aunque para facilitar su lectura suelen estar en castellano. El primer tomo, está dedicado a Adviento y Navidad, mientras que el segundo se centra en el tiempo de Cuaresma. El tercero y cuatro, están dedicados al tiempo ordinario. Los tres primeros libros, comprenden desde la primera semana hasta la diecisiete, mientras que el último se recoge desde la semana dieciocho a la treinta y cuatro. Esta distribución del tiempo evita la repetición de las oraciones, a excepción de los salmos que suelen ser siempre los mismos.
La implantación de este organigrama en las monjas de Santa Inés, es una pieza fundamental para la distribución de las labores cotidianas y propias de la vida conventual. La intensa dedicación de estas hermanas a su labor en el obrador, única fuente para su subsistencia, ha provocado la variación del horario establecido, pero siempre cumpliendo el esquema implantado. La organización de estas hermanas queda establecida de la siguiente manera:
6:30. Despertar y aseo personal.
El comienzo de un nuevo viene acompañado por el amanecer. Tras el toque de campana, las religiosas despiertan en sus celdas y se dirigen de forma ordenada. La comunidad dispone de 30 minutos para el aseo personal antes de asistir a la iglesia.
7:00 a 7:45. Oficio de lectura.
Tras el despertar, las religiosas llegan al coro para comenzar el oficio de lectura. El silencio, es uno de los votos establecidos dentro de la clausura de cualquier orden. Las hermanas no pueden articular palabra hasta recibir orden de la abadesa, la cual se dirige a su comunidad con estas palabras “Señor ábreme los labios”, a las que la comunidad responde “Y mi boca proclamará tu alabanza”. Una vez concedida el permiso de palabra se realiza la lectura de los salmos y de un pasaje de las Sagrada escrituras. La primera lectura siempre es de la Biblia, mientras que la segunda hace referencia a algún santo o documentos de la Iglesia.
En cada lado del coro se ubica una hermana cantora. El cargo de cantora cambia cada dos semanas, la que primera es segunda y viceversa. Cada una de ellas canta una antífona, a la que responde la congregación al completo. Éstas recitan el salmo, mientras que el resto de monjas, en cada estrofa, responde con la antífona cantada. A continuación viene el himno, que es cantado por todas. La primera cantora, comienza con su primer salmo, respondiendo aquellas hermanas que se encuentran en su lado del coro con una estrofa, seguida de otra a la que responden todas. Este esquema se repite con la segunda cantora. El tercer salmo es catado por la primera cantora, seguido de los responsorios de las dos cantoras a las que siguen las demás.
Después, comienza la lectura de la biblia, que es leída por la monitora, cargo que se cambia semanalmente. La monitora es la guía para el resto de religiosas. Le sigue la segunda lectura, realizada por la segunda cantora. No es hasta la oración cuando la abadesa entra en escena, terminando así el oficio de lectura y dando lugar a Laudes. Laudes, está compuesto por tres salmos cantados por la comunidad. Su composición es la misma que hemos podido estudiar en el salmo. Este cántico se toma del Antiguo Testamento, como del Éxodo o el Génesis. Al terminar los salmos, viene una lectura breve, efectuada por la monitora, sobre un pasaje de la biblia.
Tras la finalización de Laudes, comienza el responsorio cantado por las dos cantadas acompañadas de las otras religiosas. Siempre se cantan en las horas menores y completas. A éste, le sigue el Benedictus, tomado de los Evangelios. Es la oración del sacerdote Zacarías, hombre consagrado a Dios, al igual que los monjes y monjas. Este cántico recuerda el inicio de un nuevo día. Zacarías, profetizó y habló del Dios que derrama su bendición sobre su pueblo. Esta bendición, está relacionada con su estado de mudez, tras no creer al ángel Gabriel tras anunciar el estado de buena esperanza de su esposa Isabel. Tras recuperar el habla sus palabras fueron “Bendito sea el Señor, Dios de Israel”, frase con la que daría gracias al Señor. El benedictus está compuesto de una antífona y de su oración “Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte para guiar a nuestros pasos por el camino de la paz”.
Tras prosiguen las preces. Se denominan así tanto a las intercesiones que se hacen en las Vísperas, como las invocaciones hechas para consagrar el día a Dios en las Laudes matutinas. Éstas, están precedidas por una pequeña introducción dicha por la abadesa, seguida de una lectura de la monitora a la que contestan sus hermanas. Al terminar, se abre un turno de palabra donde cada miembro de la congregación puede pedir por algún tema en concreto. De nuevo, la abadesa, lee una introducción que da paso al Padre Nuestro, demostrando la confianza en Dios. Es cantado por todo el coro. Laudes termina con su oración.
8:00 a 8:30. Oración personal
Es el momento dedicado a la reflexión sobre los salmos de la lectura, acercamiento directo con el Señor o meditación personal. Por norma general, suele llevarse a cabo en el coro, aunque la religiosa que lo prefiera puede realizarla en la iglesia.
8:30 a 8:50. Rezo de la Tercia
Debido a la ajetreada labor del obrador, en Santa Inés, la hora de Tercia empieza a las 8:30 de la mañana, y no a las 9:00. En latín tertia hora. Es la segunda de las horas menores en la liturgia de las horas. El nuevo rezo comienza con las palabras de la Madre a sus hermanas “Dios mío ven en mi auxilio”, replicando el resto “Señor date prisa en socorrerme”. En tercia se canta el Aleluya, a excepción del tiempo de Cuaresma. San Benito, en sus capítulos dedicados al Opus dei, establece los tiempos en los que se dirá Aleluya, desde Pascua a Pentecostés, tanto en salmos como en responsorios, y durante todo el año con los últimos seis salmos de los Maitines. También en Prima, Tercia, Sexta y Nona.
Tras el aleluya se canta el Espíritu Santo, que es elegido por la cantora. Está compuesto de tres himnos, eligiéndose uno de ellos. Su finalidad es dar gracias por los dones recibidos. Continúo a él se canta un himno compuesto de tres salmos, siguiendo el mismos esquema que hemos visto con anterioridad. Le sigue un responsorio de las dos cantoras, a los que responde la congregación. La última oración es la que realiza la abadesa, con la que puede invocar al Padre, al Hijo o al Espíritu Santo.
Tras finalizar la hora de tercia, la monitora finaliza con el Te deum, organizándose la comunidad para salir del coro desde la más joven hasta la abadesa. Todas lo van recitando hasta llegar al refectorio con la bendición de la mesa. Te deum, es un himno símbolo de la fe con él que se alaba, en su estrofa principal, a la Santa Trinidad, mientras que en las demás se canta al Padre y al Hijo.
8:50 a 9:10. Desayuno
La primera comida del día va acompañada de la lectura de la lectora del refectorio. Normalmente se leen capítulos de la regla franciscana, un libro dedicado a la vida consagrada y especialmente los escritos de los Padres Fundadores, San Francisco y Santa Clara. En tiempos solemnes, en fiestas, no hay lectura.
9:10 a 13:00. Ora et labora
Da comienzo la jornada de trabajo en el interior de Santa Inés. El reducido número de hermanas que conviven en esta clausura perjudica seriamente el duro trabajo del obrador. La gran mayoría de ellas, trabaja de forma constante en la elaboración de productos artesanales para la venta al público. La encargada del horno, es la religiosa más madrugadora de todas. Debido a los primeros rezos, el obrador queda desatendido, por lo que su responsable debe atender a sus necesidades antes de ir al coro, dejando así todo preparado. El puesto de encargada del horno, es elegido cada tres años, pero se puede rotar cada semana en una hermana profesa, las novicias están exentas de ello. Aquellas religiosas que no trabajan en el obrador, disponen de otras labores, como tornera, cocineras, sacristana o enfermera.
Durante las horas destinadas al trabajo también existe un momento dedicado a la rezo. A las 12:00 del mediodía replican las campanas llamando a las hermanas al Ángelus, la oración del mediodía. Es una devoción mariana que recuerda a la Anunciación y Encarnación del Verbo. Está formado por tres textos que narran el divino suceso de María, en los que se alterna un versículo y una respuesta, recitando en cada uno de los tres textos el Ave María. El rezo a María obliga a las hermanas abandonar momentáneamente sus ocupaciones. Éste debe efectuarse en la dependencia donde se encuentre cada miembro de la comunidad, en nuestro caso suele realizarse en el obrador.
13:15 a 13:40. Hora de sexta
Al igual que Tercia y Nona es considerada una hora menor. Sigue la misma estructura que hemos visto en Tercia, pero a diferencia de ésta su repertorio cambia cada día y no se canta. Sexta es la hora tercera dentro del Oficio Divino. Dentro de la Iglesia la hora de sexta tiene varias connotaciones, recuerda al momento en el que Cristo fue clavado en la cruz y la hora en la que Pedro tuvo la revelación de predicar el Evangelio
13:40 a 14:30. Almuerzo
La comida es otro de los eventos cotidianos en los que se reúne la comunidad al completo. Existe una jerarquización dentro de los asientos del refectorio. La mesa principal, aquella que preside la dependencia, está ocupada en el centro por la abadesa, acompañada de la vicaria a su izquierda, y la sacristana a su derecha. El banco derecho está destinado a las novicias y a su maestra, mientras que al opuesto sientan las profesas. Debido al pequeño número de hermanas que habitan en Santa Inés, sólo se ha conservado la estructura de la mesa central, acomodando los demás espacios a las necesidades del resto de monjas. Antes de tomar los alimentos se bendice la mesa, y al terminar, se da gracias por los alimentos servidos. Durante el almuerzo, una de las hermanas lee un capítulo de cualquier libro de tema religioso.
La encargada del servicio del refectorio es la refitolera. Su labor es la ordenación de las mesas, limpieza del refectorio y servir a sus hermanas. Su ayuda se extiende hasta la cocina, facilitando el trabajo a la cocinera en todo lo posible. El puesto de cocina rota de forma semanal, por su parte el de refitolera es asignado cada tres años.
14:30 a 15:00. Hora del rezo de Nona.
Su nombre, al igual que Tercia y Sexta, alude a la hora que ocupada en el día, la novena. Su rezo conmemora la hora en la que falleció Jesucristo, la misma en la que Adán fue expulsado de su casa. Su esquema compositivo es el mismo que Tercia y Sexta, un himno, tres salmos, lectura breve, responsorio y oración. Tras todo ello se reza en el coro la Estación, formada por seis Padres Nuestros, seis Ave María y seis Glorias. Para este rezo, la comunidad se arrodilla en el coro. A continuación viene una oración dedicada a la Virgen, la comunión espiritual, el Bendita sea tu pureza y por último el réquiem. Nona finaliza con una oración a los cristianos perseguidos.
15:00 a 17:00. Recreo.
Es un momento de dedicación personal. Cada hermana puede disfrutar de su tiempo de recreo como mejor le convenga. En él pueden descansar, ayudar a otras hermanas en sus labores e incluso terminar las suyas. En el caso de la tornera, el recreo concluye a las 16:00 horas, con el horario de apertura del torno.
17:00 a 17: 45. Canto, lectura y clases
Otro de los pilares fundamentales dentro del Oficio Divino y la vida contemplativa es la formación de sus miembros. Las religiosas dedican un espacio de su tiempo al aprendizaje del canto, el órgano y la comprensión de las Sagradas Escrituras. Estas actividades se realizan días alternos, la lectura de vida en comunidad o la clase de Biblia o el latín. Aunque gran parte de esta formación es enseñada por la propia comunidad, semanalmente las hermanas reciben la visita del padre franciscano Alonso, que les ayuda en materias como el latín.
17:45 a 18:45. Adoración al Santísimo.
Según la liturgia de las horas, la comunidad reza el rosario, escucha la palabra del Evangelio o meditan sobre un pasaje de éste. En muchas comunidades, como Santa Inés, alguna parte de la liturgia posee la exposición del Santísimo ya sea de forma breve o prolongada. Durante su exposición se pueden realizar, entre otros, algunos actos de la piedad, como la lectura de la Sagrada Escritura, reflexiones y como en el caso que nos aborda formar parte de la liturgia de las horas y cánticos eucarísticos.
18:45 a 19:30. Tiempo de Vísperas.
Es la oración del atardecer, es el instante en el que se da gracias a Dios por el trabajo practicado a lo largo de todo el día. Se organiza en un himno cantado, tres salmos, una lectura breve, un responsorio y el Magníficat, oración dedicada a la Virgen “Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador”. Por último se dicen las preces y ser termina con un Padre Nuestro y la oración.
19:30 a 20:15. La Eucaristía.
El Concilio Vaticano II, permitió la celebración de la Eucaristía dentro de las horas del Oficio Divino. En tiempos de solemnidad, y los martes, sábados y domingos, siempre es cantada. El martes está dedicada a San Antonio, en alusión al milagro de la mula. Durante su estancia en Rímini, fue testigo de la desfiguración del dogma, reduciendo la Eucaristía en una simple cena. El santo, ilustró la presencia de Jesús en la Sagrada Forma Consagrada, tema a debatir con éstos. La discusión llevó a San Antonio, y al hereje Bonvillo, a una apuesta. Bonvillo dejaría a su mula tres días sin comer, si pasado ese tiempo el animal se arrodillaba hacia la custodia de San Antonio y no al pienso, el propio hereje la adoraría.
Tras ese periodo de templo la mula se arrodilló ante San Antonio. La adoración mostrada por el santo, en defensa al culto de la Sagrada Forma, hace que en la liturgia de las horas, un día a la semana, se dedique una Eucaristía en su honor.
20:15 a 21:00. Cena.
A diferencia del almuerzo, en la cena si se permite la conversación entre las religiosas.
21:00 a 22:00. Hora de recreo.
Es el último descanso del que puede disfrutar la comunidad después de un largo día de rezo y trabajo. Se suelen crear animadas tertulias, mientras algunas hermanas aprovechan para tejer o coser. En algunas ocasiones se proyectan películas, documentales religiosos, se cuentan las anécdotas del día e incluso se dedica un tiempo a la práctica del deporte. Los domingos, las hermanas más jóvenes, juegan al baloncesto en la cochera.
22:00 a 2:30. Tiempo de Completas
El Oficio Divino finaliza con completas. Es la última oración del día antes del descanso de la congregación. Como reflexión dela jornada la abadesa se dirige a sus hermanas “llegado el fin de esta jornada que Dios nos ha concedido, reconozcamos humildemente nuestros pecados”, palabras que van seguida de unos segundos de meditación y silencio de la comunidad.
El silencio se rompe con la intervención de la Madre “Señor ten misericordia de nosotros y se responde porque hemos pecado contra ti”. Tras estas palabras empieza un himno, al que le siguen los salmos, una lectura breve, el responsorio y el cántico evangélico, que es una antífona con el Nunc dimittis, el conocido cántico de Simeón. Simeón era un hombre de Jerusalén, justo y piadoso. Le había sido revelado, por el Espíritu Santo, que no vería la muerte antes de haber visto al Señor. Movido por el Espíritu, fue al Templo; y cuando José y María llevaron al niño Jesús, para cumplir lo que la Ley prescribía sobre él, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo:
“Ahora, Señor, puedes, según tu palabra, dejar que tu siervo se vaya en paz; porque han visto mis ojos tu salvación, la que has preparado a la vista de todos los pueblos, luz para iluminar a los gentiles y gloria de tu pueblo Israel.”
Tras el cántico de Simeón, tiene lugar la oración, con la que concluye la abadesa “Señor todo poderoso concédenos una noche tranquila y muerte santa”. Para finalizar se reza a la Virgen, puede ser una Salve, Salve Reina de los Cielos, siendo en Pascuas el Regina Celis. Todo termina con una oración a San Miguel Arcángel.
22:30. Retiro y descanso a las celdas.
Después de un largo día dedicado a la contemplación y al trabajo, las monjas se retiran a sus aposentos a descansar esperando de nuevo la luz del nuevo día.
Tras haber estudiado el Oficio Divino en Santa Inés, podemos establecer algunas conclusiones. En primer lugar, las hermanas son un claro ejemplo de esposas del señor, dedicando gran parte del día a la oración de la liturgia y a la reflexión personal. San Francisco y Santa Clara pregonaron el trabajo como único sustento de sus comunidades, ejemplo que predican estas monjas, cuya dedicación al obrador y venta de productos artesanales es su fuente de ingresos. Por último, la jornada diaria también dispone de recreos y tiempo de meditación, que permiten la recreación del espíritu franciscano.
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